lunes, 16 de abril de 2012

Una mañana más.


Una mañana más, idéntica a la anterior.

Suena el despertador y lo pago al segundo toque. Me levanto y me asomo al balcón. Otra vez está nublado. Otra vez caen pequeñas gotitas. Otra vez es todo gris. Como en una película en blanco y negro, me dirijo a la cocina, y pongo café. Mientras sube me doy una ducha rápida que en un principio creo que va a espabilarme, pero no.

Vuelvo a la cocina y miro el reloj. Hoy tengo tiempo de desayunar un poco más tranquila. Cojo un muffin y desayuno sobre la encimera para asegurarme que tras la ventana el día sigue siendo igual de gris. Unos vaqueros, un jersey de lana y unas botas. Ya no me da tiempo a peinarme, mejor me recojo el pelo.

La gama de grises que me rodea empieza a agobiarme, me ahoga. Plan B, dejo mis botas y saco del armario mis zapatos rojos. Una nota de color que desentona con el mundo.

Hoy me he levantado inconformisma. Empiezo el día de otra manera. Aparecen los marrones, los amarillos ocres y los verdes oscuros.

Buenos días a todo el mundo.


1 comentario:

  1. El día menos pensado puede pasar algo que cambie todo por completo, o eso espero que me pase a mi ;) un beso!

    ResponderEliminar